Un solar frente a Luciana
Un solar es un espacio abandonado, algo que se queda deshabitado y cuyos nuevos usos hay que inventar. Los planes de ordenación urbanística suelen dejarlos en stand-by, en unos plazos que llegan a alargarse hasta la eternidad.
Como se recogía en el encuentro titulado "Abandonment. International Study Days" organizado en 2022 por la Fondazione Benetton en Treviso; “las formas actuales de abandono necesitan un estudio más profundo y la cultura del paisaje y del jardín puede abordarlo con una mentalidad y unos medios que consideren esta condición un valor en sí mismo y una oportunidad de crecimiento, viendo las actuaciones no como medidas correctoras sino como un ejercicio impagable de convivencia. Los lugares abandonados no son, por tanto, un mero recuerdo del pasado o espacios a la espera de ser sustituidos por algo nuevo: la cuestión es ahora cómo este estado de limbo o desconsideración puede dar lugar a una "cultura del abandono", que la investigación paisajística, junto con la implicación de muchos otros, puede adoptar y "cultivar" de forma constructiva y compartida.”
Teniendo en cuenta el estudio ya realizado previamente por Axerquía Verde, desde Suq Centeno comenzamos a trabajar desde la cercanía, el vecindario, la proximidad. Frente al Luciana Centeno aparece nuestra primera oportunidad. A apenas treinta metros de la puerta del espacio, nos encontramos con el solar abandonado de lo que fue la antigua fábrica de Pan Arenas. Desde los balcones del Luciana vemos algunos muros caídos, un naranjo y una extensa capa de vegetación espontánea que tras las lluvias cubre buena parte del solar.
Trabajo en comunidad es trabajo en vecindad. Nuestros vecinos del bar Los Fernandos nos abren la puerta que desde su terraza conecta con ese lugar salvaje, ese terreno abandonado en el que antes se horneaba el pan de cada día de muchos de los vecinos del barrio. Hoy no queda ninguna panadería cerca del lugar.
Entramos en lo salvaje y nos encontramos con algunos de los restos de la vida fabril que allí existió en la década de los sesenta, cuando la propia vida del mercado al aire libre que existía en la Plaza convertía el lugar en un lugar bullicioso y vibrante. Entre los elementos que encontramos, un par de hornos y una placa de su fabricante, Juan Ferre Matheu.
Curiosamente, una de las acciones que vamos a realizar dentro de Suq es la construcción de un horno comunitario para el barrio. Coincidencia o casualidad, el solar se abre a un futuro de nuevas posibilidades, “rompiendo con las industrias que tienen nuestra imaginación cautivada” (Jota Mombaça).