La acción comienza con el derribo de una casa en el antiguo arrabal musulmán de Saqunda, lugar que en su día albergaba huertos y que ha perdido completamente esa función. A partir de ese momento, generamos dos líneas de actuación simbólicas. Una primera donde la demolición se pone en contexto con la evolución urbanística desmedida por medio de mapas y fotografías, tarea que realizará el artista Tete Álvarez con el apoyo de los conocimientos del arquitecto Rafael Alcántara y el arqueólogo Antonio Monterroso. En una segunda fase, el solar se acondicionará para realizar un vivero de plantas e ideas, labor donde conectaremos el trabajo de Culturhaza con Julia Soler y Rut Panusé, artistas y activistas medioambientales. Solar Saqunda propondrá además diversas actividades que incidan en la problemática de los “usos del terreno periurbano”.